
Hola, no me parece casualidad que hayas llegado hasta esta web, el mar del ciberespacio es amplio, sí, pero más veces de las que creemos las cosas están destinadas a suceder, así que bienvenida/o.
Iniciar este proyecto llamado Semilla Emprendedora me llevó a navegar por muchos mares bien distintos pero todos en algún punto se conectaban entre sí, había detrás de cada travesía el deseo de hacer algo que me apasionara, que me diera felicidad, que me conectara más conmigo, ya que el trabajo es el lugar donde más tiempo de nuestra vida pasamos, quería que ese tiempo valiera realmente la pena y no solo de manera monetaria sino desde adentro, ¿cuál sería el propósito de tener plata si no la puedo disfrutar?.
Si te pones a pensar desde que somos chicos jugamos a “trabajar” y ese juego, luego, luego se termina convirtiendo en una obligación de vida que por lo general hacemos sin ganas y bajo mucha presión consciente e inconsciente, ya que vamos cargando en nuestra mochilita las expectativas propias y ajenas uff mucho peso.
Ahora bien…si el trabajo es el lugar donde invertimos más tiempo de nuestra preciada vida…
¿Por qué hacer algo que no nos hace feliz?
¿Cuál es el sentido?
Esas fueron algunas de las preguntas que empezaron a resonar primero en mi cabeza y después en mi corazón, así de a poco me di cuenta que pensar en lo que me gustaba hacer o en lo que me generaba pasión no fueron cosas que aprendí en la infancia, sino todo lo contrario aprendí muy bien el “deber hacer” sin pasar por el SER.
Así tuve que transitar durante un tiempo largo a la deriva aceptando los miedos, la incertidumbre y el no saber, no tener idea que quería, que me hacía feliz o cual era mi pasión. Encontrar mi Don y conectar con mis talentos fue un laberinto de pruebas y errores, siempre supe desde niña que quería ser mi propia jefa y cuando tuve mi primer empresa lo único que me motivaba era la independencia económica, fue mucho tiempo después (varias caídas, fracasos empresariales, fracasos personales y re conexión conmigo misma) que comprendí; sin corazón no hay nada.
Recordé cuales eran mis sueños de la infancia, esa Eve pequeña que jugaba a ser empresaria porque esperaba mitigar un poco el dolor con solvencia económica lo único que estaba haciendo era repetir un patrón heredado. Así que decidí ir un poco más profundo, investigar cuales eran mis talentos naturales, esos que te sale sin pensar y disfrutas más que nada, lo que más te hace feliz en el día a día. En ese ejercicio despertó mi Semilla, entendí y aprendí qué por más que esté de moda emprender, si un emprendimiento no tiene corazón está destinado al fracaso, porque el mundo está cambiando a pasos agigantados, porque la Tierra ya no necesita más empresas ni empresarios deseosos por generar riquezas a costa de cualquier cosa.
La Tierra, necesita personas conectadas con su esencia, que deseen vivir de sus talentos naturales y compartir con el mundo lo que tienen para dar.
El mundo que hoy comienza a abrirse paso hacia el futuro necesita personas conectadas con su corazón, conectadas con su semilla esa que los hace únicos, como vos, como yo y como todos los que día a día se animan a emprender porque desean un cambio verdadero en sus vidas.
No creas que no tenés un talento que despertar, todos somos distintos y todos absolutamente todos tenemos DONES únicos que nos hacen ser quienes somos, cuando logramos callar la mente para escuchar nuestra alma los caminos comienzan a visualizarse, las personas llegan y las oportunidades nos encuentran porque comenzamos a vibrar en sintonía con nuestro corazón y la semilla luego de haber estado nutriéndose comienza a germinar.
Emprender desde el corazón es darle forma a ese sueño que deseas materializar con un propósito bien definido que te permita hacer lo que más te gusta sin descuidar el resto de las cosas, los emprendimientos que están conectados con un propósito, no se arman solo pensando en un propósito personal, sino que también buscan resolver problemas de la comunidad, cuidar el medio ambiente y por sobre todas las cosas generan bienestar personal, es el equilibrio perfecto entre mente y corazón alineados.
Si estás pensando en emprender buscá en tu corazón cuales son los sueños abandonados y los talentos naturales que te hacen ser quien sos.
Mente, Corazón y Acción es lo que necesitás para empezar.
Contame cuál es ese proyecto que deseas materializar.
¡Sembremos Juntos!